domingo, junio 26, 2011

Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto. Agustín Díaz Yanes.

El gran reto, y la gran virtud, de esta notable película es que mezcla el género de cine negro con un acercamiento al cine social y comprometido, y sin perder en la operación fuerza por ninguno de sus recovecos de doloroso, íntimo y sincero retrato de una pareja (suegra y nuera) de personajes maltratados por la vida pero dueñas de una poderosa dignidad y de una gran fuerza mental para salir adelante y no cejar en su empeño de seguir vivas.

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