Cuento diferente y con espíritu de educar
en igualdad de condiciones. La escritora reflexiona sobre El Día Internacional
del Hombre en un artículo diciendo cosas así: ".... Yo creo que los
hombres deberían reclamar fundamentalmente su derecho al llanto, a ser menos
fuertes que el vecino del rellano, a contar con una compañera para compartir su
proyecto vital en igualdad de condiciones, a no tener que subirse
constantemente al carro de la virilidad...". La autora deja que niños y
niñas reconduzcan el final con dos hojas
en blanco.

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