El término de androcentrismo proviene del griego Andros (Hombre) y define el concepto que encuentra al hombre en el centro del Universo, como medida de todas las cosas y representa la globalidad de la humanidad. Es una manera de ver la realidad que parte de la idea de que la visión de masculina es la única posible y universal, por lo que se generaliza a toda la sociedad, hombres y mujeres, por lo tanto oculta otras realidades como la de las mujeres. Las mujeres son tomadas dentro de esta visión como objetos más que como sujetos y entiende que el varón es la referencia, siendo la mujer “el otro”.
El androcentrismo, que generaliza el pensamiento masculino como parámetro de estudio y análisis de la realidad, ha impregnado profundamente las relaciones de poder, la producción cultural y el pensamiento científico.
Es un hecho que la historia universal ha sido escrita por hombres y desde una visión androcentrista, provocando la invisibilidad de las mujeres. Por ello algunas autoras, cuestionan la validez de ésta, ya que supone un falseamiento de nuestro pasado, del pasado de las mujeres, que suponemos nada más y nada menos, que la mitad de la población mundial.
“Se ha atribuido a los varones ser los principales protagonistas de los avances de la humanidad desde el inicio de la cultura humana, como si hubiesen sido “los sujetos de género masculino”, los únicos y más importantes humanos que tomaban todas las decisiones, tanto en cuando a la satisfacción de la sexualidad, como en la búsqueda de alimentos para sí mismos o para “su familia”: esposa e hijos; los que subordinaban a las mujeres; los que decidían a dónde ir, qué hacer, qué herramienta fabricar, o a dónde emigrar en busca de regiones más cálidas o con mayor abundancia de alimentos…”(Francisca Martín-Cano Abreu, Contra el androcentrismo) La visión androcéntrica del mundo decide y selecciona qué hechos, acontecimientos y personajes son noticia, y los medios de comunicación, que ayudan a configurar la visión que todos tenemos acerca del mundo, perpetúan la visión androcéntrica.