


Nació durante la segunda guerra mundial y creció hasta sus 10 años en Suiza. Fue un gran cambio, una gran sorpresa, cuando re-encontró a Grecia aprendiendo su idioma. “Amé a mi idioma como una extranjera, con más fuerza. El arte griego me impresionó por su técnica, por su precisión, por los volúmenes. La monumentalidad de una escultura no viene de su dimensión, sino de la armonía de los volúmenes, es por eso que amo la escultura olmeca y de igual la cicládica minúscula, sencilla, neta, precisa". Creadora caracterizada por un profundo interés plástico-intelectual y por un hondo respeto por la estatuaria griega clásica, a la que ha podido estudiar detenidamente en su ciudad natal y en los grandes museos nacionales de Londres y París, Sophia Vari ha dirigido también su atención a la síntesis llevada a cabo en la escultura de las Cícladas y a la monumentalidad que distingue a algunas de las civilizaciones precolombinas, especialmente las grandes piezas de la escultura olmeca. Estos intereses, a su vez, se unen a una inteligente mirada sobre la vanguardia histórica, desde Henri Laurens y Brancusi hasta Henry Moore, desde Braque hasta Picasso. Sophia Vari, es la mujer del maestro Fernando Botero, con lo cual la presión es fuerte y el sentido de la perfección se hace más patente.


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