El cuento de Jorge Bucay:”El elefante encadenado” expresa con absoluta fidelidad el sentimiento de una víctima de violencia de género. Ella es enorme y poderosa, pero no sabe escapar de sus ataduras convencida que no puede hacerlo. Grabó en su mente sus inútiles esfuerzos por huir, pues fueron impedidos por las amenazas, las coacciones, las lesiones, los actos que atentaron a su integridad moral. Así, como el elefante, ha dejado de luchar porque no es libre. Esta presa emocionalmente de su maltratador y esa ha sido la conquista de él: Conseguir que siga sin luchar.
Es hora de empezar a soltarse, liberarse de las cadenas y creer que se puede. Es la única forma de ser libre, convencerte que lo eres para romper esa estaca que te apresa al maltratador. Ella esta presa porque siente el miedo y este le ha paralizado. Claro que se puede. Siempre se puede volver a intentarlo poniendo en ello la fuerza y el corazón.
También es hora de soltar amarres, liberarse, oxigenarse, clausurar, limpiar, tirar, desprenderse, sacudirse, oxigenarse, soltarse.
Es difícil, pero la vida nos da esa oportunidad. Y hay que aprovecharla.
Sólo con una condición: Creer en una misma.
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