Un mandala, rueda o círculo en sánscrito, es una imagen con un centro y con una simetría organizada habitualmente en 4 ejes, los 4 puntos cardinales, aunque pueden ser 2, 3,...
Existen casi desde el comienzo de la humanidad y en todos los continentes y culturas.
Su función puede ir desde lo puramente decorativo a su uso en la meditación, la oración, o como medio de sanación,relajación y/o desarrollo mental o espiritual.
Su realización puede ir desde los más rudimentario signos esquemáticos dibujados de forma individual a la participación de varias personas durante varios días en elaborados dibujos, y desde sencillas líneas grabadas en la piedra al uso de pigmentos de todo tipo y origen, arenas de colores, tintas, hilos,... sobre papel, seda, cortezas de árboles, paredes, suelos, rocas, alfombras,...
Los motivos son todos aquellos que han atraído nuestra atención desde el principio de los tiempos: vegetales, animales, geométricos, dioses y diosas, abstractos, ornamentales, espirituales, cotidianos,...
Busca un lugar tranquilo, y observa detenidamente tu mandala, concéntrate en el, si después de observarlo por un largo rato notas que se mueve ¡es la energía que está en movimiento!
Es conveniente empezar a pintarlo de afuera hacia adentro, esto nos representa el autoconocimiento de lo externo hacia nuestro centro, hacia nuestro interior.
Decide la dirección en vas a pintarlo y trata de mantenerla.
Al elegir los colores puedes hacerlo de manera intuitiva ¡no importa que no combinen los colores entre si! de esta manera podrá descifrar tu estado de ánimo. También podrás hacerlo eligiendo los colores y trata de cambiar tu estado de ánimo de ésta manera.
Tal vez te de sueño en el proceso, si estabas tenso, el mandala está cumpliendo con la relajación, es normal, en este caso es preferible dejarlo ¡y disponte a dormir!.
Si no terminaste el mandala en ese momento, déjalo así, la próxima vez que quieras pintar uno, elige uno nuevo, con colores que vayan más acorde con tu estado de ánimo en ese momento.
Si quieres que el mandala te guíe para el auto-conocimiento, no pienses en formas ni colores, deja que solo te vaya guiando, haciendo lo que en ese momento de manera intuitiva te nazca.
Los mandalas no son simples dibujos de colores. Todos los elementos que en ellos se integran tienen un significado. Algunos de los más utilizados:
Círculo: movimiento. Lo absoluto. El verdadero yo.
Corazón: sol. Amor. Felicidad. Alegría. Sentimiento de unión.
Cruz: unión del cielo y la tierra. Vida y muerte. Lo consciente y lo inconsciente.
Cuadrado: procesos de la naturaleza. Estabilidad. Equilibrio.
Estrella: símbolo de lo espiritual. Libertad. Elevación.
Espiral: vitalidad. Energías curativas. Búsqueda constante de la totalidad.
Hexágono: unión de los contrarios.
Laberinto: implica la búsqueda del propio centro.
Mariposa: autorenovación del alma. Transformación y muerte.
Pentágono: silueta del cuerpo humano. Tierra, agua, fuego.
Rectángulo: estabilidad. Rendimiento del intelecto. La vida terrenal.
Triángulo: agua, inconsciente (hacia abajo); vitalidad, transformación (hacia arriba); agresión hacia uno mismo (hacia el centro).
El uso de los colores en los mandalas también tiene un significado especial. Su uso está relacionado con el estado de ánimo de quien los pinta o dibuja.
Blanco: nada, pureza, iluminación, perfección.
Negro: muerte, limitación personal, misterio, renacimiento, ignorancia.
Gris: neutralidad, sabiduría, renovación.
Rojo: masculino, sensualidad, amor, arraigamiento, pasión.
Azul: tranquilidad, paz, felicidad, satisfacción, alegría.
Amarillo: sol, luz, jovialidad, simpatía, receptividad.
Naranja: energía, dinamismo, ambición, ternura, valor.
Rosa: aspectos femeninos e infantiles, dulzura, altruismo.
Morado: amor al prójimo, idealismo y sabiduría.
Verde: naturaleza, equilibrio, crecimiento, esperanza.
Violeta: música, magia, espiritualidad, transformación, inspiración.
Oro: sabiduría, claridad, lucidez, vitalidad.
Plata: capacidades extrasensoriales, emociones fluctuantes, bienestar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario