martes, febrero 14, 2012

África en positivo. Cristina Morato


    Gaudiose Tukayisabe desde hace un año estudia en nuestro país un máster en cooperación Internacional y Desarrollo gracias a una beca. Es joven, emprendedora, habla cuatro idiomas y tiene por delante un futuro brillante. Lo que ha conseguido ella es toda una heroicidad y más teniendo en cuenta que la tasa de analfabetismo femenino en Ruanda supera el 40% y que tan sólo un 2,6% de la población llega a cursar estudios universitarios. Su gesta, igual que la de otras muchas mujeres africanas que son empresarias de éxito, escritoras o políticas, nunca será noticia en un informativo.

     En el África subsahariana, donde las mujeres realizan la mayor parte del trabajo agrícola, se encargan de la siembra y de la cosecha de las que depende la vida de su familia, descubrí a unas mujeres fuertes, trabajadoras, bien organizadas y valientes. He podido convivir con estas mujeres y admirar su capacidad para hacer frente a todo tipo de adversidades.

     Aunque todavía hay mucho camino que recorrer, negar que las africanas se han ido librando de las costumbres ancestrales que las oprimían, que van ganando poder y que cada vez hacen valer más sus derechos es distorsionar la realidad. Mostrarlas sólo como víctimas de la pobreza y la marginación no las ayuda: al contrario, las condena a seguir siendo invisibles a los ojos del mundo.
 
     Desde Europa, se percibe las subsaharianas como mujeres ignorantes, oprimidas y pasivas. Nada más lejos de la realidad. Ellas son el auténtico motor de la economía y los pilares de la sociedad en la que viven. El futuro y la esperanza de África están en sus manos.

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