martes, octubre 29, 2013

Hilma af Klint

     Kandinskhy, Malevich y Mondrian se disputan el honor de ser el primer artista que pintó una obra abstracta, allá por el 1911. Pero unos años antes, en 1907, una sueca que oficialmente se dedicaba a plasmar bucólicos paisajes y dibujos de animales se les había adelantado con varios cuadros del género. Hilma af Klint /Solna, 1862-Djursholm, 1944) se sintió incomprendida en vida y vaticinó que así sería hasta 20 años después de su muerte, dejando escrito su deseo de que estas obras no se expusieran hasta que hubiera transcurrido ese tiempo.

     Cultivó una personalidad compleja, aficionada al ocultismo y a las prácticas esotéricas, y dio vida a muchas de sus pinturas bajo los efectos de la hipnosis como vía de conexión con una naturaleza superior. Nunca se casó ni tuvo hijos y fue un sobrino quien heredó cajas llenas de lienzos, cuadernos y dibujos a los que concedió escaso valor. No fue hasta 1996 cuando el Country Museum of Art de Los Ángeles le dedicó una exposición que atrajo la atención del mundo del arte.






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