Ilustradora nacida en Villarreal, Castellón, con un talento innato desde niña, se caracteriza por sus chicas con cara de muñeca y mejillas sonrosadas. PAULA BONET, es un auténtico torbellino en las redes sociales. Pintora de profesión, decidió decantarse por la ilustración al ver lo a gusto que se sentía en ese campo y la gran aceptación que sus ilustraciones estaban teniendo. Nos demuestra su carácter con las sentencias que acompañan sus dibujos. Puedes ver sus ilustraciones en portadas de libros, escaparates, exposiciones, paredes de particulares y revistas.
Desde muy joven siempre había mostrado preferencia por todo lo que tuviera que ver con el dibujo, el arte y el poder expresarse artísticamente, así que a los 14 años se apuntó a una academia de dibujo en su ciudad natal, Villarreal, para empezar a flirtear con el que acabaría siendo, años después, su profesión. Una vez finalizados los estudios de secundaria y ante el dilema de tener que elegir qué carrera hacer decidió marcar la casilla de Bellas Artes en el último momento y en contra la voluntad de muchos de sus cercanos que lo empujaban a estudiar otras carreras con más salida al mundo laboral. Así, a los 17 años fue admitida en la Escuela Politécnica de la Universidad de Valencia para cursar la licenciatura de Bellas Artes y una vez finalizados estos estudios decidirá pasar temporadas en el extranjero complementando sus estudios universitarios. De esta manera, Paula pasará cuatro meses en Chile gracias a una beca Promoe y seis meses en Nueva York gracias a una beca de creación artística. Además casi todos los veranos desde que tenía 25 años viaja a Urbino, Italia, para cursar unos prestigiosos cursos de grabado que se ofrecen a la población italiana. Tiene muy claro que estudiar fuera le sirvió para abrir la mente, ver nuevos horizontes, ponerse nuevos objetivos y al mismo tiempo, captar nuevas influencias que acabarían de definir su trabajo con todos aquellos nuevos aprendizajes que la experiencia le había ofrecido. A pesar de este bagaje en el mundo artístico, el camino no fue fácil y durante cuatro años tuvo que combinar su trabajo de ilustradora con la de profesora en un instituto de Valencia. De hecho, no fue hasta hace sólo ocho meses, que decidió dar el paso y dejar la enseñanza para centrarse totalmente en la ilustración. Hace sólo 5 meses dejó su Valencia natal para instalarse definitivamente en Barcelona, cuna de la mayor parte de sus ofertas laborales y ciudad de una amplia cultura y de un movimiento artístico mucho más latente que la ciudad valenciana, a pesar de la situación cultural adversa que estamos viviendo en Cataluña en los últimos meses.
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